A Sony, una de las empresas
pioneras en lanzar un reloj inteligente (ya va por la segunda
generación de su Smartwatch), le está saliendo cada vez más competencia.
Numerosas empresas, entre ellas las veteranas Apple,
Samsung, Microsoft y otras de reciente creación como Pebble, buscan
tomar posiciones en este tipo de terminal, que en la mayoría de las
casos se plantea como una segunda pantalla para los teléfonos móviles,
ya sean Android, iPhones o Windows Phone.
La última en dar la cara ha sido Google. El gigante de Internet
ha desvelado que ha adquirido la compañía Wimm Labs, especializada en
relojes de pulsera inteligentes. Esta empresa fabricó en 2011 un
smartwatch llamado Wimm One, que funcionaba con Android, contaba con su
propia tienda de aplicaciones y dejó de venderse hace un año.
Entonces, la compañía colgó un mensaje en su página web donde aseguraba que había entrado en una relación exclusiva y confidencial, sin precisar que era con Google.
La noticia, conocida ahora y que salta pocos días antes de que
Samsung muestre en la feria IFA de Berlín su esperado Samsung Galaxy
Gear, deja en evidencia que el buscador lleva ya meses trabajando en un
smartwatch. Un movimiento que podría meter más presión a Apple, de la
que también se asegura prepara su propia alternativa.
El interés por este tipo de dispositivos tiene números que lo
soportan. Un informe reciente de Juniper señala que la venta de relojes
inteligentes pasará de un millón de unidades que se esperan despachar
este año a unos 36 millones en el año 2018. Esta consultora vaticina que
la llegada de nuevos smartwatches capaces de realizar múltiples tareas
serán un motor clave para impulsar este mercado.
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