miércoles, 2 de julio de 2014

Los 7 pecados capitales al ‘googlear’

Google es una bendición para todos nosotros, desde los que trastabillan en su paso por la vida hasta el más conocedor de los tipos que busca confirmar sus datos y sus cifras.

Pero un gran poder conlleva una gran responsabilidad, y a veces Google nos lleva por mal camino. Estos son los siete pecados capitales que conlleva el confiar demasiado en la fuerza G.

Dicen que la fortuna sonríe al que está bien preparado, pero cuando el director editorial de Fortune Andy Serwer se sentó a cenar con el presidente ejecutivo de Chevron, John Watson, la preparación resultó contraproducente. Serwer le preguntó a Watson acerca de su posición en el consejo de los Padres de San Diego, un hecho real del que se había enterado durante su investigación previa a la cena a través de Wikipedia, una página a la que había sido dirigido a través Google.

El equipo de Watson en Chevron rastreó la fuente original y la entrada de Wiki ha sido cambiada desde entonces, pero aquí en Fortune, un vago sentimiento de traición flota en el aire. Pero Google da preferencia a Wikipedia, Wiki ahora ha envenenado nuestra confianza. O por lo menos la de Serwer.

A la pareja de tu jefe. Al perro del amigo del jefe de la pareja de tu jefe (no es que nosotros hayamos hecho tal cosa). A veces descubres cosas que realmente no necesitas saber, pero que nunca puedes olvidar. Es un poco como cuando el becario de Fortune comenzó a arrojar nombres en Google sólo para descubrir que el padre de un amigo de la universidad era un delincuente sexual registrado.

Si eres soltero, muchas de tus cacerías a través de Google podrían estar impulsadas por un interés no platónico. Eso puede incluir atracones de fotos en Facebook, hacer clic a través de 10 páginas de resultados de búsqueda, y echar un vistazo a la cuenta de Instagram de alguien (si es pública).Gracias a Google, ya conoces su alma mater universitaria, su color favorito, su dirección y el patrón exacto del empedrado de su entrada (gracias, Streetview)… y mejor nos detenemos ahí.

A veces las impresiones de Google triunfan por sobre las primeras impresiones. En un artículo sobre Match.com, el autor Steve Friedman escribe que una vez salió con una columnista de sexo que decidió cancelar su segunda cita después de que su búsqueda en Google posterior a la cita arrojó algunos de sus artículos, aunque ella pensó que era dulce y divertido en persona.

La gente está confiando cada vez más en los comentarios en línea, y como resultado, las empresas o productos con malas reseñas o simplemente un total no suficientemente grande de reseñas no obtienen negocios. Michael de Luca, un profesor asistente de Harvard Business School, publicó un informe de investigación del 2011 que mostró que un aumento de una estrella en Yelp conduce a un aumento de 5% a 9% en los ingresos de los restaurantes. A veces, hay más en la realidad de lo que Google puede decirte.

O por ejemplo, el cambio de mediados de mayo, cuando los Rangers de New York dieron la vuelta desde una desventaja de una serie 3 a 1 contra los Penguins de Pittsburgh en los playoffs de la Stanley Cup. Unos días más tarde, la página Wiki de los Pens mencionaba a los Rangers como el propietario del equipo.

- Envidia: Cuando estás celoso de los resultados de Google de otra persona

Las redes sociales pueden llevar a la envidia. Pueden conducir, eventualmente, a la depresión. En un estudio de 2013 de la Universidad de Michigan, los investigadores Ethan Kross y Philippe Verduyn enviaron un mensaje a las personas mientras estaban usando Facebook, y encontraron que, a medida que el tiempo dedicado a Facebook aumentaba, el estado de ánimo de una persona y la satisfacción general con su vida disminuía. En otras palabras, Facebook puede darte celos. Puede hacer que te sientas más solo que conectado. Kross y Verduyn no observaron otras redes sociales, pero es sensato decir que repasar las listas de los logros de otras personas, de sus carreras impresionantes, y de la publicidad de las redes sociales, fácilmente puede ponerte verde de envidia.

Claro, vivimos en un mundo donde googlear a alguien se ha convertido en algo más que de buena educación, es prácticamente higiene elemental.Reuniones de negocios, citas para cenar, entrevistas de trabajo: googlear, googlear, googlear. Pero no debería serlo.

La fortuna (¡y Fortune!) sonríe a los audaces.Cuidate de los pecados. Ve y googlea con moderación.
Publicada por el en